En 2016, el fundador y diseñador de Boyhood, Jakob Burgsø, dejó su trabajo como diseñador gráfico independiente. Tenía una visión.

Cuando Jakob era pequeño, pasaba mucho tiempo en el taller de su padre. Su padre le enseñaba técnicas básicas y le contaba todos sus chistes de padre. Eso despertó algo en el niño. Algo que perduraría. Jakob se enamoró de la idea de crear con sus propias manos. Crear mientras cuenta historias que le hacen sonreír y le devuelven los recuerdos de la infancia que él mismo compartió con su padre, su familia y sus amigos.

"Fui a los talleres abiertos en el espacio creativo Godsbanen de Aarhus, mi ciudad natal en Dinamarca. Tenía una visión. Pero no sabía manejar las herramientas industriales. Los voluntarios eran de la edad de mi padre, jubilados de sus trabajos como operarios de sierras industriales y constructores de muebles, y les dije que quería construir este perro globo. La expresión de sus caras lo decía todo, pero me mantuve firme", recuerda Jakob sonriendo. Hoy, los fieles de Boyhood conocen este original como el Ballon D'Og.

«No pierdas ningún dedo»

"Me enseñaron a manejar las herramientas eléctricas industriales y se aseguraron de que no perdiera ningún dedo en el proceso. Así que me puse a trabajar".

Utilizando los conocimientos básicos de su padre, su mentalidad creativa y sus nuevas habilidades, Jakob aprendió rápidamente que crear lleva a querer crear más. Al Balloon D'Og le siguió rápidamente el avión de papel, hoy conocido como Maverick, el clásico de Boyhood. Poco después le siguieron el Admiral, Spin It y Match Man.

Sonrisas e historias

"Es fundamental -y está presente en el ADN de Boyhood- que todos nuestros diseños se basen en recuerdos felices. Todos nuestros diseños cuentan una historia. Puede ser la mía, la de mi mujer o la de nuestros hijos. Cada figurita Boyhood debe hacerte sonreír y recordar. Está creada para hacerte pensar en un recuerdo entrañable que compartiste con tus seres queridos".

Un negocio familiar. Círculo completo.

Durante los primeros cuatro años, Jakob fabricó a mano todos y cada uno de los productos. Le pasó factura a él y a su creciente familia. Unos meses antes de la Navidad de 2018, una empresa danesa encargó un número importante de Mavericks para su 50 aniversario. Jakob estaba emocionado - y mortificado. Hizo lo que cualquier niño haría. Llamó a su padre -su mentor- y juntos fabricaron a mano MUCHOS Mavericks a su debido tiempo. Círculo completo. Del taller de su padre a allanar el camino para la carrera de su hijo.